Costosa demagogia

Los ecuatorianos siempre han sucumbido a las promesas de aquel cambio que muy poco ha sido plasmado a la realidad pues las intenciones iníciales al quedarse en el camino han creado en la mente del ciudadano común la idea del abandono que luego se convertirá en frustración popular. Por desesperación y a pesar de la experiencia empuja a sucumbir a nuevas mentiras encubiertas con otras capas luminosas que manejándose apasionada, sentimental y emotivamente.

Sentimental y emotivamente por que, especialmente referido al manabita en su condición de comunidad desdeñada por los poderes descentralizados permanentemente  han obrado guiándose por su tradicional mezcla espiritual de gente amistosa, confiable y humana. Violento y permanente y satisfecho, el manabita es crédulo por que así es su formación natural, proveniente de mentalidad sincera pura constructiva de aquellos antepasados que se entregaban a producir para progresar aprovechando por igual lo que la naturaleza les entregaba, desarrollando sus labores en paz,  bajo la implantación de la confianza plena al mutuo derechos comunes.

Derechos comunes con el paso del tiempo los gobiernos comenzaron a mermar a los ecuatorianos permitiendo que sean usufructuados por unos cuantos, empujando una desigual social que ha acareado la conformidad general, especialmente con la implantación de medidas restrictivas que favorecen a determinados grupos apoderados del poder encasillados y entronizados en leyes centralistas que dividen a los pueblos en privilegiados y relegados.

Privilegiados y relegados, clasificación que ha sido el porta estandarte de la bien estudiada arremetida política del actual gobierno que a empezado, subyacentemente, a dejar de ser republicano y democrático para comenzar a convertirse en imperio, al subvertir a la sociedad con teorías y costumbres inducidas por extranjeros alejas a las nuestras hasta ahora soberanas.

Y que esta obligado a cumplir como única manera de devengar la aplicación de tan costosa demagogia que comenzó desde el mismo día de su postulación de presidente y sea prolongado hasta la obtención de sus ansiado trofeo: el dominio completo del país.